¿Sabes en qué estoy pensando?
Mejor que no lo sepas. No podrías entenderlo.
Aunque si te lo dijera, supongo que te hablaría de tu sonrisa.
Te hablaría del viento y de las partículas de oxígeno que te rozan cada día.
Te haría una especial mención sobre tu voz; sencilla pero fuerte, suave pero tierna.
Y que a veces, puede ser como una explosión de cristales diminutos que me atraviesan y me parten las emociones en mil trozos, casi microscópicos.
Y por su puesto, no podría olvidarme de explicarte todas esas miradas tímidas que se escaparon de tus ojos.
Me lo he pensado mejor y creo que no te voy a decir en qué estoy pensando.
Nada de esto tiene lógica.
Y si la tuviera, creo que no tendría sentido pensar en estas cosas.
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