martes, 3 de mayo de 2011

En cada lágrima hay un sentimiento escrito.

¿Por qué siempre tiene que haber alguien justo en medio? Siempre, nunca hay una excepción, y ¿quién sale perdiendo? Yo. No es novedad, al final te acostumbras.
Cuando imaginas un solo momento a su lado, sin nadie más. Pero sabes que es solo tu imaginación. Aunque debo decir que a veces los momentos tan anhelados, se hacen realidad, durante uno o dos minutos, pero ves como se realiza. Pierdes el miedo, la preocupación de que aparezca alguien y lo estropee todo, los nervios se escapan por todos lados, pero sabes que es tu momento y que no vas a desperdiciarlo. Sería tonta si no aprovechara la ocasión. Hace tiempo, alguien me dijo que debías expresar tus emociones tal cual vinieran. Y eso es lo que pienso hacer a partir de ahora. Se acabó el esconderme y refugiarme en lo que los demás digan. Si me quiero acercar, me acerco; si te quiero abrazar, te abrazo.
Un gesto vale más que mil palabras, y cada día me demuestras que eres especial, que no voy a encontrar a nadie como tú.
La sensación de alivio que siento ahora es inexplicable. No le tengo miedo a nada... Bueno, a casi nada, por ti siento miedo de cada paso que doy, de cada gesto que hago y de cada palabra que digo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario